Empantanamiento de la piel
en el sentido literal.
Lasciva
tu mirada surfeaba
cada lunar de mi lienzo.
La libido inspeccionaba
el terreno
deseosa de saber
dónde destinar
tu epicentro.
No había ropaje
que entorpeciera
la caradurez de la noche
solo tentáculos
queriendo hacer añicos
mi vidriera corporal.